lunes, 1 de octubre de 2012
La abducción del argentino Julio Platner
Publicado por Prufon el lunes, 1 de octubre de 2012
18:48
Prufon
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Uno de los casos de abducciones más conocidos en Argentina se produjo en la provincia de La Pampa. El
abducido, Julio Platner, agricultor y comerciante de la pequeña localidad de
Winifreda, pasó por una experiencia de pesadilla después de una visita rutinaria
a la casa de un amigo.
Winifreda era en ese
entonces un pueblo de 1.700 habitantes, está situado a 670 kilómetros de
Rosario y a 45 kilómetros al norte de Santa Rosa, capital de La Pampa. Como la
mayoría de los residentes de esta pequeña localidad soñolienta, Julio Platner,
33 años en ese entonces, se dedicó al negocio de cultivo de cereales. Era una persona sencilla de pocas
palabras, que rara vez leía noticias en los periódicos que llamaban la atención
y fue visto como un buen compañero.
La historia:
En la tarde del 9 de
agosto de 1983, Julio Platner visitó la finca de Don Antonio Fisher, situada a
unos 10 kilómetros de la localidad de Winifreda, para gestionar la venta de
cereal. La amigable charla se prolongó más de lo previsto y alrededor de las 7:30 pm (19:30 horas), Platner decidió
irse a su casa. Fisher lo acompañó al
lugar donde había estacionado su camioneta y antes de despedirse le pidió a Platner de asegurarse de cerrar bien la
tranquera (puerta o portón en otros países) para evitar el escape de un grupo
de caballos que estaban sueltos en la finca.
Mientras Platner se
dirigía hacia la entrada de la finca, vio a una reflexión entre los árboles,
pero no le pareció importante. Cuando llegó a la tranquera, se salió de su
camioneta para abrirla y de pronto vio una masa luminosa de luz lanzándose
hacia él, que parecía la luz de una "soldadura
autógena" y produjo un sonido similar al de una
turbina. Instintivamente intentó de cubrir su cara con su brazo derecho, pero
perdió el conocimiento.
Una experiencia increíble:
Cuando su conciencia
volvió, se encontró sobre una camilla o "un sillón, parecido a lo que los dentistas usan",
rodeado por cuatro seres que lo observaban atentamente. Como pudo notar, la habitación era amplia y esférica, sin esquinas notables y las paredes
"parecían estar cubiertas con tapicería ya que en ciertas partes notó algo
como hundimientos". El lugar
estaba bien iluminado, pero Platner no pudo identificar ninguna fuente de luz
convencional. A su derecha observó una especie de "vitrina", que se
destacaba por su brillantez en contraste con el resto del entorno que era más
opaco y no mostraba ningún detalle. Platner estima que permaneció en esa sala por
unos cinco minutos.
Los seres que lo acompañaban tenían una forma
antropomórfica, eran proporcionados en altura, estimado a 1,60 metros. Dos de
ellos estaban delante del abducido y los otros dos en cada lado y levemente
detrás de él. Uno de los seres tenía senos, por lo que Platner identificó a
éste como una mujer. Ella estaba reteniendo el hombro derecho de Platner con su mano izquierda.
Los ojos de estos seres eran grandes, redondos, fijos y
no tenían párpados. En vez de encontrarse hundidos en una cavidad, sobresalían
de la cara y Platner afirmó que en el centro de cada ojo "había otro ojo pegado
en la parte superior del otro." Los labios eran finos, similares a los de los
humanos y la nariz era chata y tenía dos pequeños agujeros.
Sus movimientos eran suaves y lentos que dio la sensación
de que se deslizaban en lugar de caminar. Platner describió el vestuario como
"una sola pieza ajustada al cuerpo" de un color gris-verdoso, pero le
dio la impresión de que se integraba con la piel, sin que se notara las
costuras o los bordes de la tela.
Platner, que intentó de comunicarse, no lograba emitir
ningún sonido ni podía oír lo que decían los seres al mover sus labios. Aseguró
que la entidad femenina telepáticamente le informó que él podía contar de lo que
le estaba ocurriendo, pero también le aseguró en adelanto que no todos iban a
creerle. Un segundo mensaje le instó a calmarse.
Platner recuerda que el
silencio era total, que la temperatura era absolutamente normal y que no se
sentía la mano apoyada en el hombro derecho. En cierto momento, trató de levantarse,
pero su cabeza chocó contra una barrera que no podía ver. No recuerda haberse
golpeado, pero en cambio se sintió paralizado. Al observar su propio cuerpo, se
dio cuenta de que le habían quitado la chaqueta y el suéter, el reloj y todavía
tenía su camisa puesta, aunque la manga de su brazo izquierdo estaba enrollada.
El ser de apariencia femenina mantuvo su mano izquierda sobre su hombro derecho y los demás
seres aplicaron en su muñeca izquierda un tubo transparente de unos 20
centímetros, con un extremo flexible que terminaba en una esfera. El ser movió
el objeto sobre la superficie de su brazo izquierdo y se detuvo en la fosa del
codo. El tubo se llenó hasta la mitad con sangre que, según Platner, parecía
ascender en forma de remolino. Después de la extracción, se le instó a ponerse
de pie, que Platner hizo con cierta inseguridad. Lo último que
recuerda es que los seres desaparecieron repentinamente.
El despertar:
Platner recuperó la
conciencia dentro de su camioneta. Aproximadamente cuarenta minutos habían
pasado desde que el resplandor de luz se abalanzó sobre él. Se sentó con las
manos en el volante y recordó que "no me faltaba nada. Tuve mi reloj y
estaba completamente vestido de nuevo. Incluso tenía la chaqueta cerrada hasta
la mitad como antes, algo que me llamó la atención porque la cremallera tiene
un defecto en la parte de abajo y es difícil de enganchar. La llave estaba en su lugar, pero el motor estaba
apagado, lo mismo con las luces de los faros, que antes estaban encendidas. El
vehículo arrancó sin
problemas."
Él inmediatamente
reconoció el paisaje y se dio cuenta de que estaba en un camino vecinal a unos
17 kilómetros de la tranquera de acceso de la finca de Fisher. Entonces recordó
que Fisher le había pedido que cierre la tranquera, así que
regresó al lugar. Platner dijo que en el
momento en que salió a cerrar la tranquera, tomó
conciencia de la extraña experiencia que había vivido.
Se colocó delante de los faros de la camioneta y pudo ver que tenía marcas en
su brazo izquierdo, donde la sangre seguía brotando.
Platner subió a su vehículo y se dirigió a su lugar de
trabajo en Winifreda. Llegó a Nervi S.A. aproximadamente a las 8:30 pm (20:30
horas), pero no comentó nada a sus compañeros de trabajo. Permaneció allí hasta
las 9:00 pm (21:00 horas), y luego se fue a su casa. Su esposa notó que estaba
alterado, ante su insistencia, Platner le contó lo sucedido. Ella
le recomendó que al día siguiente visitara a Adolfo Pizarro, el médico de la
familia.
El diagnóstico del médico:
Dr. Pizarro examinó las
marcas y comprobó que la lesión en
la muñeca parecía una simple raspadura. La marca que aparece en la fosa del codo fue una punción en una vena, similar a la que queda después de una
extracción de sangre. El médico cree que el pinchazo no parecía haber sido producido por una jeringa común, ya que aparecen
varios agujeros pequeños y la marca superficial no mostró evidencia de un
hematoma.
Conclusión:
Esta historia fascinante
es una abducción típica, excepto que este abducido recuerda todo lo que sucedió,
sin la necesidad de la regresión hipnótica. Estando enterado de lo que había
ocurrido y las heridas sufridas por él, me recuerda del caso del brasileño
Antonio Villas Boas, que se produjo en 1957. Usted puede leer acerca de él en
este sitio web aquí. El caso de Antonio Villas Boas, en memorias de abducciones
alienígenas, fue el primero registrado.
Véase abajo la traducción
del periódico escrito en inglés:
Lo siguiente
fue escrito por Gary Richman del periódico estadounidense "The ENQUIRER",
traducido por Nelson C. Rivera (PRUFON).
El detector de
verdad confirma la historia del negociante:
"Los extraterrestres del ovni me abdujeron y
me robaron mi sangre"
Un respetado empresario dice que fue abducido por extraterrestres quienes
lo llevaron a bordo de su ovni, le extrajeron más de un cuarto de galón (un litro) de
sangre, entonces lo trasladaron de nuevo a la Tierra – ocho millas (13 kilómetros)
de donde fue recogido.
"Yo estaba estupefacto... Pensé que estaba soñando", recuerda
Julio Platner, propietario de una tienda de alimentos de ganado en Winifreda,
Argentina.
Un médico que examinó a Platner dice que está convencido de que el hombre
estaba diciendo la verdad... y Platner incluso pasó una prueba de detector de
la verdad con gran éxito.
Su pesadilla comenzó cuando conducía una camioneta por un camino de tierra
en dirección a casa, alrededor de las 7:30 pm (19.30 horas) del 09 de agosto
del año pasado.
"De pronto me quedé desconcertado por una luz muy brillante,
acompañada por un zumbido extraño", le dijo al periódico "The
Enquirer".
"De repente yo estaba sentado en un cuarto extraño, pero sin mi camioneta. Las paredes de color
beige (o beis) parecían acolchadas. No había puertas ni ventanas.
"Cuatro seres extraños estaban en el cuarto. Uno tenía rasgos
femeninos y los otros tres eran varoniles. Eran cerca de 5 pies y 3 pulgadas (1,5
metros) y vestían con uniformes muy ceñidos que cubrían sus pies, y sus cabezas.
Tenían los ojos grandes saltones pero sin párpados y cejas, una nariz chata
pequeña y una boca fina.
"Yo estaba aterrorizado. Les pregunté quiénes eran y qué estaban haciendo...
y me contestaron sin hablar. Me habían llevado a bordo de un platillo volante.
"Traté de levantarme y andar, pero parecía que estaba confinado por un
escudo invisible. Oí una voz dentro de mí, diciéndome que me quedara tranquilo,
que nada me iba a pasar.
"Me di cuenta que no llevaba mi abrigo y mi suéter ya, y mi reloj
había desaparecido también. Una de las criaturas se me acercó con un tubo como
de vidrio. Él lo puso en mi muñeca izquierda, entonces en la parte interior de
mi codo.
"Pude ver que estaba sacando mi sangre... se elevaba en forma de gotas
a través del instrumento transparente.
Recibí una orden mental de ponerme de pie. Sorprendentemente, mi reloj,
abrigo y suéter estaban conmigo de nuevo. Hubo otro destello y me encontré en
la Tierra, en mi camioneta... pero ocho millas de distancia de donde yo había
estado antes. "
Aturdido y confundido, Platner condujo a su casa y le contó a su esposa lo
que había sucedido. Ante su insistencia, dio aviso a la policía y vio a un
doctor.
"Todo apoya la historia de Platner", dijo el oficial de policía
Carlos Ponce, quien realizó la investigación policial del caso.
"Al mismo tiempo, él dice que cuando Platner fue llevado a bordo del
ovni, los televisores en la ciudad tuvieron interrupciones de transmisión...
sin explicación.
"También descubrí algo muy extraño al día siguiente... las marcas de
los neumáticos de la camioneta de Platner corre hasta cierto punto, y luego se
detiene, confirmando su historia.
"Y 15 días después del incidente, un ovni grande circular fue visto
sobrevolando la ciudad."
Para comprobar más la historia de Platner, el periódico Enquirer tenía una
cinta de sus declaraciones analizada mediante un "Psychological Stress
Evaluator" (Evaluador de Estrés Psicológico),
un dispositivo que se utiliza en más de 300 organismos
encargados de hacer cumplir la ley para determinar si alguien está
diciendo la verdad mediante la medición del estrés en su voz.
Un ex oficial de inteligencia de los Estados Unidos que co-inventó el
dispositivo, llamado Charles McQuiston declaró que, "La voz de Platner es
completamente libre de estrés. Está diciendo la verdad... no hay duda al
respecto".
El Dr. Adolfo Pizarro, el médico que
Platner vio después de su abducción, añadió que "En mi opinión
profesional, hubo una extracción de sangre o de algún material.
"Le he tratado durante seis
años y se puede declarar que Platner siempre ha sido tranquilo, racional y sano.
Él es muy respetado y un ciudadano ideal".
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