¿Pueden 62 niños escolares mentir sobre un acontecimiento extraordinario que sucedió en su patio de la escuela? Una ocurrencia tan extraña y tan vívidamente contada por cada uno de los chicos no se puede descartar como una broma o fantasía. Estos 62 niños escolares de diferentes razas atestiguaron un OVNI y su ocupantes aterrizar en el patio de su escuela y describieron similarmente lo que habían visto con poca o ninguna exposición a la televisión, la radio o cuentas populares de la prensa sobre los OVNIs. Nadie puede decir que sus imaginaciones corrieron descontroladamente viendo películas de ciencia ficción por la televisor.
El Viernes, 16 de septiembre 1994, aproximadamente a las 10:15 am, 62 niños (entre 5-12 años de edad) de la escuela Ariel, un colegio privado de educación primaria en Ruwa, Zimbabue, estaban en su campo de juego durante un reposo de la mañana mientras la mayoría de los maestros estaban dentro de la escuela en una reunión. De repente, los niños vieron tres bolas plateadas en el cielo sobre la escuela. Desaparecieron con un destello de luz y luego reaparecieron en otro lado.
Esto sucedió tres veces y luego comenzaron a bajar hacia la escuela con uno de ellos aterrizando (o suspendiéndose) en un área áspero formado por árboles, arbustos espinosos, y algunas hierbas cortadas marrón-gris con brotes de bambú que sobresalían de la tierra. Los niños no estaban permitidos en esa zona a pesar de que estaba adyacente al patio donde ellos jugaban y no estaba cercada. No podían acercarse ahí porque el sitio estaba infectado con serpientes, arañas y otros animales peligrosos. También existió cierta controversia si el objeto aterrizó en el suelo o se suspendió sobre él.
De repente, los niños observaron un humanoide pequeño parado encima de la nave. El ser tenía alrededor de 3 pies (un metro) de alto, estaba vestido con un traje negro brillante muy ajustado, cuello delgado largo, cabello negro largo que le llegaba hasta debajo de los hombros, ojos grandes, y un rostro pálido. El ser venía caminando hacia ellos por el terreno áspero, se dio cuenta de los niños y luego desapareció. Después, él o alguien muy parecido a él reapareció detrás del objeto. La nave se despegó rápidamente y se desapareció. Muchos de los niños estaban asustados por el extranjero pequeño y cuando le dijeron lo que había sucedido a la única adulta cerca que trabajaba en una tienda de golosinas, ella no les creyó. Ella no quiso salir y no estaba dispuesta de dejar la tienda desatendida con toda la comida y dinero.
El Martes, 20 de septiembre 1994, la bien conocida ufóloga de África, Cynthia Hind, quien ya falleció, fue a la escuela con un periodista de la BBC y sus equipos de televisión. También fue con su hijo y con Hofer Gunter, un hombre joven que construyó su propio equipo eléctrico, un contador Geiger, un detector de metales y un magnetómetro para buscar cualquier evidencia de huellas físicas dejada por el objeto. Gunter y los hombres examinaron a fondo el suelo alrededor de donde los niños habían visto el objeto, pero no pudieron encontrar ninguna reacción en el contador Geiger o en los otros equipos. Si el objeto estaba suspendido sobre la tierra tal vez nada registraría.
El director de la escuela, el Sr. Colin Mackie, fue muy cooperativo con la investigación de la Sra. Cynthia Hind, afirmó que él nunca había estado envuelto con los ovnis ni un creyente en ellos, pero dijo que creía que los niños habían visto lo que dijeron que vieron. La Sra. Hind pudo entrevistar a los niños más mayores de 10 ó 12 años de edad y la entrevista fue grabada para la televisión de la BBC.
Aunque algunos niños eran más observadores que otros, el consenso de opinión fue que un objeto se bajó en la zona donde indicaron, a unos 100 metros de donde los niños estaban, al borde del patio de la escuela. Durante su investigación, la Sra. Hind obtuvo 30-40 dibujos de los niños algunos de los cuales eran muy explícitos y claros, aunque algunos no eran definitivos. La mayoría de las descripciones eran crudas pero más o menos de forma platillo, pero algunas de las naves eran muy obviamente "platillos voladores".
Los niños varían en culturas: había niños negros, blancos, "mestizados" y asiáticos. Una niña le dijo a la Sra. Hind, "Juro por cada pelo de mi cabeza y por toda la Biblia que estoy diciendo la verdad." Sra. Hind podía ver el placer en su cara cuando ella le dijo que ella le creía. Los niños más pequeños de 5-7 años estaban muy asustados en el momento y corrieron gritando: "¡Ayúdame, ayúdame!" Cuando los niños mayores les preguntaron por qué estaban diciendo eso, la respuesta fue: "porque él viene a comernos." Sra. Hind declaró: "Yo diría que esto se aplica más a los niños africanos negros que tienen leyendas del ‘tokoloshe’ que se comían los niños”.
Sus maestros se encontraban en una reunión y no salieron. Cuando ella le preguntó al director de la escuela acerca de esto, él dijo que los niños siempre gritan y berrean durante su tiempo de juego y nadie pensaba que había algo raro pasando.
El norteamericano psiquiatra, escritor, ufólogo y profesor de la Escuela Médica de Harvard, el Dr. John Mack, estaba de visita en Zimbabue en el momento del evento, y pasó dos días en la escuela Ariel con los niños. También habló con el director de la escuela, Colin Mackie, los profesores y algunos de los padres. John y su colega investigadora, Dominique Callimanopulos, fueron capaces de llegar a los padres y profesores para convencerlos de que aunque no creían lo que los niños decían, era contraproducente de acusarlos de mentir. Escuchen y piensen acerca de lo que ellos decían, les aconsejó. Su particular interés en la psiquiatría infantil también fue de gran ayuda durante los interrogatorios y muchos recuerdos reaparecieron, algo que el Sr. John Mack seguramente hizo público cuando tuvo la oportunidad de revaluar sus entrevistas.
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