

El respaldo llega:


Al llegar a la escena, las unidades policiacas que respondieron encontraron que Pucheta ya no estaba y dejó en el lugar su motocicleta, su casco, la radio utilizada en la comunicación, su arma de servicio y parte de su uniforme. Desde entonces una intensa búsqueda se inició por la policía que terminó cerca de 18 horas más tarde, cuando un agricultor encontró al policía acurrucado por la orilla de la carretera y en un estado significativo de shock. Este lugar estaba a unos 20 kilómetros de donde él había dejado su motocicleta y otros artículos. El agricultor estaba consciente de que buscaban a un oficial uniformado, y notificó inmediatamente a las autoridades.
No cambia de posición:

Le habló tratando de hacerle reaccionar, pero siguió cubriéndose su cara. Mencionó que a su lado estaba el jefe de la Regional II y quien le hablaba para ayudarlo. Más tarde lo invitó a relajarse con un simple ejercicio de respiración, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Pucheta poco a poco empezó a distenderse y cuando él pudo revisar sus manos, no encontró anomalías. También trató de revisarle la cabeza, pero no podía ver su rostro porque lo mantuvo cubierto con su antebrazo. Según Pucheta, sus ojos le ardían.
Tenían los ojos rojos:

Interrogado sobre el arma, dijo, "no sé". Cuando se le preguntó de nuevo sobre la radio y el teléfono móvil (celular), insistió, "me siguieron toda la noche".
Sergio Pucheta fue llevado al hospital Centeno, donde se comprobó que además del fuerte golpe emocional, no manifestaba ningún signo de violencia física.
Conclusión:
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