sábado, 14 de enero de 2012

El piloto mexicano Carlos de los Santos fue escoltado por tres ovnis

Resumen:

El primer de tales incidentes, y quizás uno de los casos más conocidos de una aeronave enfrentándose con múltiples ovnis en el mundo, es la experiencia del joven piloto mexicano Carlos Antonio de los Santos Montiel. El capitán de los Santos, el hijo de un técnico de aviación mexicano, tuvo la experiencia de ser escoltado por tres "platillos voladores" mientras volaba en una avioneta "Piper PA-24" en ruta a la ciudad de México. Posteriormente, fue abordado por tres hombres de negro y lo amenazaron a guardar silencio.

Cuando ocurrió el avistamiento, de los Santos tenía 23 años, con 370 horas de experiencia de vuelo y trabajaba para la compañía aérea Pelletier.

La historia según Carlos de los Santos:

El 2 de mayo de 1975, de los Santos salió del Aeropuerto Internacional Benito Juárez en la ciudad de México en una avioneta Piper PA-24, llevando a dos pasajeros con él a Lázaro Cárdenas, una ciudad situada en la desembocadura del río Balsas. Llegaron a su destino sin ningún problema.

En la tarde del mismo día, él quiso regresar a su base en la ciudad de México, pero la batería de su avioneta sufrió una avería, que tardó dos o tres horas para reparar. Como ya se había hecho demasiado tarde para regresar a la ciudad de México, decidió volar a Zihuatanejo. Allí cenó y durmió con la intención de estar en su camino después del desayuno la mañana siguiente.


A las 10:30 am (10.30 horas), del sábado, 3 de mayo, voló desde la ciudad de Zihuatanejo, pero como la ruta que debería seguir estaba cubierta de nubes y mal tiempo, subió por  encima de la ciudad de Zihuatanejo a diez mil pies de altura. Una vez que llegó a esa altura, tomó la aerovía G-3 (una ruta trazada por el Centro de Tráfico Aéreo para volar de Zihuatanejo a la ciudad de México), que se debe volar a 11.000 pies. Pero ya que esta ruta también tenía muchas nubes y nieblas, subió a 15.000 pies para volar sobre estos obstáculos. Él estaba volando con los instrumentos de navegación VOR y ADF (que ayudan a navegar un avión en condiciones meteorológicas adversas). El primero conectado con Zihuatanejo y el segundo con la ciudad de Tequesquitengo.

Él voló sobre la ciudad de Tequesquitengo a las 12:30 pm (12.30 horas), aunque normalmente debería haber volado sobre la ciudad a las 11:30 am (11.30 horas), pero con las maniobras para evitar el mal tiempo, habían hecho posible esta diferencia de tiempo. Cuando el VOR indicó que estaba volando sobre Tequesquitengo, cambió su dirección hacia el rumbo magnético 004 (el que indicaban los aparatos electrónicos y la brújula), que es el que tenía que seguir para llegar la ciudad de México. Después de establecer el citado rumbo, quería encontrar visualmente la Laguna de Tequesquitengo, al no encontrarla, revisó de nuevo los instrumentos y siguió volando.

El encuentro con los ovnis:

De pronto, notó la presencia de un objeto visual no identificado, colocándose a unos 20 centímetros sobre el ala derecha de su avioneta. La impresión que le causó fue de una tremenda extrañeza y desconcierto. A los cuatro o cinco segundos más tarde, él observó un segundo objeto volando a unos 20 centímetros sobre el ala izquierda. En ese momento comenzó a sentirse extremadamente nervioso y tartamudeaba un poco mientras hablándose a él mismo para intentar tranquilizarse.

Casi automáticamente, descubrió un tercer objeto con un movimiento rapidísimo casi imposible de ver, perdiendo altura y se colocó delante de la cabina de su avioneta. Por un momento, creía que iba a chocar contra él, pero con un descenso fantástico, le dejó paso y se colocó en la panza de su avioneta.


Casi al instante, sintió un impacto y se asustó aún más, que le hizo llorar y se puso tembloso. Se comunicó con el Centro Mexicano de Control y les dijo lo que estaba sucediendo. La comunicación fue más o menos así: "a Centro México, a Centro México, este es Extra Alfa Unión, mayday, mayday, mayday" y no recibió una respuesta. Una vez más, siguió tratando de establecer comunicación repitiendo "mayday, mayday, mayday", y esta vez él recibió una respuesta a lo siguiente: "Adelante, Extra Alfa Unión, este es Centro México, ¿cuál es su emergencia?" Él les respondió: "Estoy volando con tres objetos visuales no identificados a mi alrededor, estoy llorando, estoy muy nervioso, no sé qué hacer".

Centro de México no le contestó y el silencio aumentó su temor. Pensó que tal vez no le creían y lo más seguro es que no querían ni siquiera contestarle.

Como él estaba seguro que el tercer objeto estaba colocado en la parte inferior del fuselaje, se decidió bajar el tren de aterrizaje con la esperanza de despegarlo si podía, o averiguar si el tren de aterrizaje estaba dañado. En efecto, el tren de aterrizaje no bajó, no tenía indicaciones de luz y tampoco funcionaba la palanca de emergencia. Lo que significa esto es que el objeto impedía el tren de aterrizaje saliera.


El avión seguía volando sin problemas y él se decidió rodar hacia la izquierda para ver si el objeto sobre el ala derecha podría retirarse. Pero era imposible de hacer porque los controles no respondían. El avión seguía volando, pero él no tenía ningún control sobre la avioneta. Quería hacer lo mismo hacia el lado contrario, pero fue en vano. Al parecer esta siendo controlado por los extraños objetos.

Intentó de comunicarse de nuevo con Centro México y les informó que su avión estaba siendo controlado por fuerzas desconocidas y había perdido el control sobre él. Una vez más no se recibió ninguna respuesta. Pensó que tal vez su radio no funcionaba, o los objetos la impedían funcionar.

Los ovnis no lo desviaron de su ruta anticipada, sin ningún cambio en los indicadores e instrumentos del motor. Sin embargo, en la velocidad, el velocímetro registró una velocidad inferior a la normal y el altímetro le indicaba que el avión estaba ascendiendo rápidamente, aumentando 15 a 20 pies por segundo. Eso era peligroso porque su cabina no estaba presurizada mientras su avión seguía subiendo y dirigido por esos objetos.

Después de ser escoltado por 18 minutos, al llegar a la Sierra del Ajusco y casi volando sobre el pueblo de Tlalpan, los objetos de repente lo abandonaron tomando el rumbo de unos volcanes. Él no volvió a verlos y entonces recuperó el control de su avioneta, pero aún estaba muy asustado. Cuando los objetos se retiraron, dos radares en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez captaron los tres ovnis despegándose de su avioneta y haciendo maniobras que ningún avión en el mundo podía hacer en ese momento.


Como sabía que el tren de aterrizaje quizás no funcionaba, en su aproximación final le aconsejó a la torre de control en el aeropuerto de la ciudad de México del problema. Le pidió autorización para volar sobre la pista, para que pudieran informarle sobre las condiciones del tren de aterrizaje. Debido a la emergencia, el aeropuerto había cerrado por 1 hora y 17 minutos.

Él voló sobre la pista del aeropuerto para hacer un intento de aterrizaje y la torre de control le indicó que el tren de aterrizaje estaba completamente dentro, a pesar de que los indicadores, tanto de luz como de palanca indicaban que el tren de aterrizaje estaba abajo. Ocho veces, intentó de bajar el tren de aterrizaje con el sistema eléctrico, sin ningún éxito. Al cabo del octavo intento, realizó cuatro más con el sistema de emergencia y, finalmente, el tren de aterrizaje salió. Sin embargo, temía que no estaba fuera por completo, y al tocar el suelo podía volver a meterse. Pero con todas estas dudas se arriesgó aterrizar y afortunadamente el tren de aterrizaje le respondió y logró sobrevivir la terrible experiencia.

Encuentro con los hombres de negro:

Su experiencia fue tratada con titulares de primera página en la prensa mexicana, y después de dos semanas, de los Santos, un joven de veintitrés años de edad, cuya mayor ambición era convertirse en piloto de líneas aéreas, fue invitado a aparecer en un programa de televisión para hablar de su experiencia. Él aceptó de mala gana.

Mientras viajaba en su coche por la autopista, en dirección a la emisora de televisión, vio un gran automóvil negro que le hizo pensar que se parecía a una limusina de un diplomático, reduciendo velocidad delante de él. Miró por el espejo retrovisor y vio otro coche idéntico detrás del suyo. Los dos coches se veían tan nuevos como si hubieran sido conducidos por primera vez. De repente, se acercaron tanto a él que pronto se vio obligado a detenerse en el arcén.

Cuando Carlos se detuvo, los otros dos coches también se detuvieron. Cuando Carlos estaba a punto de apearse, cuatro hombrones con amplios hombros saltaron de sus vehículos. 


Uno de ellos apoyó sus manos en la portezuela del auto de Carlos, como para asegurarse que no se saliera. Habló rápidamente, en un extraño español "mecánico":

"Mira, muchacho, si aprecias tu vida y la de tu familia, no hables más de lo que viste".

De los Santos, demasiado pasmado para contestar, observó a los cuatro hombres, que parecían escandinavos con la piel extraordinariamente blanca y traje negro, regresando a sus coches y yéndose. Carlos dio la vuelta y regresó a su casa.

Dos días más tarde, le contó la historia a Pedro Ferriz, el presentador del programa de televisión donde estaba supuesto aparecer. Ferriz, un entusiasta de los ovnis, le dijo que él había oído hablar de extraños hombres de negro que amenazaban a los testigos de ovnis. Le aseguró, que a pesar de las amenazas, no le causarán ningún daño. A su debido tiempo, convenció a Carlos a participar en otra entrevista de televisión, que se llevó a cabo sin incidentes.

Un mes más tarde, Carlos conoció al Dr. J. Allen Hynek, (el difunto profesor estadounidense, astrónomo y ufólogo), que actuó como primer asesor científico de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos sobre asuntos relacionados con los ovnis. Hablaron los dos y antes de despedirse, Hynek invitó a Carlos a desayunar con él la mañana siguiente.

A las seis de la mañana, de los Santos salió de su casa y se dirigió a las oficinas de varias aerolíneas mexicanas, donde había solicitado un empleo, y luego se fue a encontrarse con Hynek en el hotel.


Al subir la escalera del hotel, se sorprendió al ver a uno de los hombres de negro que le había obligado a salir de la autopista cuatro semanas antes.

"Ya te lo advertimos una vez", dijo aquel hombre extraño, "no tienes que hablar de tu experiencia".

Y como para recalcar la seriedad de la amenaza, empujó a Carlos, haciéndole retroceder varios pasos por la escalera.

"Mira", siguió diciendo, "no quiero crearte problemas. ¿Y por qué saliste hoy de tu casa a las seis de la mañana? ¿Trabajas para las líneas aéreas mexicanas? ¡Vete de aquí y no vuelvas!"

De los Santos se marchó inmediatamente, sin ver al Dr. Hynek.

Recordando un año después de los extraños acontecimientos, de los Santos les contó de su experiencia a dos investigadores de ovnis norteamericanos: "Eran muy extraños, corpulentos, más altos que los mexicanos, y su piel tena una palidez mortal."

Conclusión:

Carlos Antonio de los Santos Montiel, un piloto joven con experiencia que trabajaba para la compañía aérea Pelletier, obviamente, encontró algo muy extraño mientras en su avioneta en rumbo a la ciudad de México, cuando repetía por la radio "mayday". Por supuesto, él no estaba alucinando, porque la torre de control tomó en serio su informe ya que su personal (dos controladores aéreos diferentes) detectó los tres objetos no identificados en sus pantallas de radar.

Luego repitió durante varias entrevistas: "Lo que sí me gustaría dejar bien claro es que, mi reputación personal y profesional, está a salvo gracias a los testimonios de los controladores aéreos. Ellos observaron a los tres objetos en sus pantallas, haciendo un viraje de 270 en un radio de acción muy reducida."

También Carlos de los Santos, al igual que su hermano y dos primos, era un estudiante de astronomía en la Universidad Nacional Autónoma de México. Con este antecedente, es difícil de confundir un globo o el planeta Venus con cualquier otra cosa. Describió los objetos más o menos a lo siguiente: "Tenían forma de disco, de unos tres o cuatro metros de diámetro sin antenas, con un fuselaje de color gris opaco y una especie de parabrisas, todo sin remaches y completamente liso".
Ignacio de la vega, Carlos de los Santos
y Fernando J. Téllez


Varios investigadores de ovnis de México y de los EE.UU., quienes tuvieron la tarea de investigar el incidente de Carlos de los Santos, han concluido que él era "un joven perfectamente normal que se encontraba asustado, obviamente, por algo extraordinario que se había suscitado en pleno vuelo."

El encuentro con los hombres de negro es algo común entre los testigos de ovnis. Estos hombres extraños aparecen en todo el mundo y es evidente que son seres extraterrestres que se disfrazan de agentes humanos del gobierno, cuyo objetivo principal es amenazar y silenciar los testigos de ovnis. No creo que ellos sean agentes del gobierno de EE.UU., porque este fenómeno es mundial.














2 comentarios:

Algo extraordinario, volvió a nacer, cual sería la intención de estos centinelas...

Este es un caso con alta credibilidad que invita a reflexionar profundamente sobre lo que significa el fenòmeno.

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Lajas


Aunque haya habido muchos avistamientos inexplicables en el pueblo de Lajas, la situación allí ha sido amplificada por la cantidad de mentiras y exageraciones por un grupo de supuestos “ufólogos” que ignoran otras áreas de Puerto Rico para promover el turismo en Lajas. Eso quedó evidente cuando mi esposa y mi hija se confrontaron con una terrible experiencia con los extraterrestres en Aguada y ese grupo de charlatanes rechazó nuestra súplica de ayuda. Por supuesto, si hubiera sucedido en Lajas, habrían saltado a la oportunidad para la fama y el turismo para ese pueblo. Esos engaños y mentiras fueron aprobados y sancionados por el entonces alcalde de ese pueblo que nombró a la ruta 303, “ruta extraterrestre”. La idea de construir un “ovnipuerto”, “los avistamientos de la llorona”, y el mayor engaño de todos, “de que un OVNI se estrelló allí” sólo podría encontrarse en una novela de ciencia ficción.

Por Nelson Rivera
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El alien bailarín

Acerca de mí

Ufólogo, investigador criminal, músico, dibujante y escritor.


Yo trabajé 20 años para el Departamento de Corrección de la Ciudad de Nueva York. Primero como un Oficial de Corrección por 4 años, Capitán por 12 años y como "Deputy Warden" (diputado de prisión) por 4 años. Como agente de la policía y como supervisor, yo he conducido numerosas investigaciones criminales, algunas para alegaciones inimaginables.


En junio de 2005, después de mi retiro, me mudé a Puerto Rico con mi familia en donde mi esposa e hija tuvieron unas experiencias extraordinarias con extraterrestres. Estos encuentros con los alienígenas y abducciones subsecuentes de mi mujer y la falta de ayuda de los supuestos, "ufólogos" aquí en la isla, me llevó a involucrarme en el campo de la ufología y en la necesidad de ayudar a otros que han tenido experiencias similares.


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