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El acontecimiento ocurrió
en el día 13 de agosto de 1967, en la ciudad de Crixás, del estado de Goiás (Brasil)
que involucra el capataz Inácio de Souza y su esposa.
En la ocasión, Inácio
de Souza volvía a su casa en la hacienda Santa María, en la ciudad de Crixás, a
eso de las 16:00 horas (4:00 pm). Al llegar, fue cariñosamente recibido por su
esposa fuera de su casa. Ambos no habían notado nada raro hasta que miraron
hacia el pastizal cerca de la casa, que estaba cortado como una pista de
aterrizaje de aviones. Al final de la pista había un objeto extraño que fue
descrito por Inácio como un cuenco invertido. Pero al principio, Inácio y su
esposa realmente no le prestaron mucha atención. El hecho es que el dueño de la finca, el Sr. Ibiracy de Moraes, era un campesino muy rico y podría estar
probando algún tipo de vehículo nuevo para el ejército brasileño. Si fuese el
caso, no sería la primera vez, porque el Sr. Ibiracy de Moraes ya ocupaba la
presidencia del Banco de Brasil. Pero la pareja pronto se dio cuenta de que
algo extraño estaba sucediendo.
Como estaban a una
distancia razonable, la pareja se dio cuenta de que habían "tres niños"
aparentemente desnudos andando alrededor del objeto. Eso indignó a Inácio quien
consideró tal conducta como una afrenta para su esposa. Inácio comenzó a
caminar directamente hacia esos "niños". Pero cuando se acercó un
poco más, se asustó. No estaban desnudos, sino
vestidos con un traje amarillo de una sola pieza pegado al cuerpo. Todos
eran calvos y tenían un aspecto muy raro. 
Casi como una acción reflexiva motivada por el terror, Inácio tomó su rifle, que siempre cargaba en el hombro, y se posicionó
para disparar, apuntando directamente a la cabeza de una de las criaturas.
Enseguida le pidió a su esposa que entre corriendo en la casa y que tranque la
puerta. Inácio dispara y golpea de lleno la cabeza de uno de los seres que, según su estimación, debería estar un poco más
de sesenta metros de distancia. Inácio era conocido en la región de ser un
experto francotirador. Él acertaba cualquier cosa con extrema precisión a una
distancia de hasta cien metros. Incluso el dueño de la finca, el Sr. Ibiracy de
Moraes comentó que Inácio acertaba una paloma en pleno vuelo a varias decenas de
metros de distancia.
En el momento que Inácio disparó, el ser cayó al suelo.
Inmediatamente después de eso, el ovni disparó un rayo de luz verde golpeándole
en su hombro izquierdo. Inácio enseguida perdió el conocimiento.
Desesperada al ver su
marido tendido en el suelo, la esposa de Inácio, que miraba por la ventana de
la cocina, salió de la casa corriendo hacia su esposo desmayado. Ella sacó una
pistola y se colocó al frente de Inácio, para protegerlo. Inmediatamente apuntó
la arma en dirección de los alienígenas. Sin embargo, los seres se habían
detenido, recogieron a el que Inácio había disparado y luego lo cargaron al disco. Poco
después, el disco empezó a emitir un zumbido fuerte y lentamente ganó altura en
sentido vertical.
Inácio fue llevado de
urgencia al hospital. Luego empezó a tener náuseas, sensación de hormigueo y adormecimiento en todo el cuerpo. Sus manos siempre
estaban trémulas. Por desgracia, el día 11 de octubre de 1967, a eso de 59 días
después del incidente, Inácio murió. Él tenía 41 años y padre de cinco hijos. En
el hombro izquierdo, donde fue golpeado, había una especie de mancha. Esta
mancha evolucionó con el tiempo y se extendió a su brazo izquierdo y al cuello.
En el certificado de defunción, el médico puso que la causa de muerte era
leucemia. ¿Sería
posible que el rayo verde disparado por los alienígenas le causó
la leucemia? Por recomendación de Inácio cuando vivo, su mujer quemó todas sus pertenencias después de su muerte, incluyendo el colchón donde dormían.
Conclusión:
Es interesante notar que
en este caso hubo una clara situación de enfrentamiento. Sin embargo, es
difícil concluir que se trata de extraterrestres hostiles. Es evidente que el rayo que golpeó a Inácio en
el hombro puede haber sido una repuesta inmediata al comportamiento hostil de
Inácio cuando, en el primer momento, le disparó a una de las criaturas. Si por un
lado es complicado tratar de analizar el comportamiento de los extraterrestres,
por otro lado tenemos una característica humana fácilmente detectable: nuestra
xenofobia.
En una analogía
rápida, los primeros contactos de los hermanos Villas Boas con los indios xavantes
en la selva amazónica fueron dramáticos y violentos, pues los indios atacaron a
su avión - un ovni para ellos - con flechas, según fue fotografiado y
documentado en esa época. Nos damos cuenta de que el hombre ya está más o menos
civilizado, pero lamentablemente tiene una tendencia innata de atacar a lo
desconocido, porque teme cualquier cosa que él no entiende. No es de extrañar
de películas como "Signs", "Independence Day" y "Alien"
etc., que generan una gran cantidad de ventas en las entradas, también estimulan nuestra
emoción básica del miedo a lo desconocido provocando un enfrentamiento con el
fenómeno.
La situación de agresión
del caso Crixás también nos lleva a otra observación: los extraterrestres
parecen que no hesitan en responder con agresiones realmente violentas cuando
son atacados. Gran parte de los casos demuestra que el fenómeno ovni es difícil
de entender, evitando un contacto amistoso entre nosotros.
Escrito
y traducido del portugués brasileño por Nelson C. Rivera (PRUFON)
